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19 Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella; pero únicamente encontró hojas. Entonces dijo a la higuera:

— ¡Que nunca más vuelvas a dar fruto!

Y en aquel mismo instante se secó la higuera. 20 Al ver aquello, los discípulos se quedaron atónitos, y decían:

— ¿Cómo ha podido secarse de repente la higuera?

21 Jesús les contestó:

— Les aseguro que, si tienen fe y no dudan, no solamente harán esto de la higuera, sino que si dicen a este monte que se quite de ahí y se arroje al mar, así ocurrirá.

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